jueves, 19 de diciembre de 2013

BAÑOS PÚBLICOS DE SEDELLA- MÁLAGA

 Los baños árabes  de Sedella en la Baja  Edad Media.

     Todas las ciudades y villas islámicas de Al-andaluz tenían en las cercanías a la puerta de entrada de las ciudades y villas el baño público. Era éste un lugar no sólo destinado a la higiene personal sino también un espacio de ocio, mercadeo y alterne. Para un musulmán es preceptivo asearse antes de orar en la mezquita y por esta razón baños públicos y mezquita se encontraban próximos. Rastreando en Sedella estos equipamientos de las ciudades y Villas árabes, encontramos en el Cercado, en la calle Rodalcúzar un  modesto edificio que reune todas las características de ser uno de estos baños.
Fachada sur de los baños

     Consta este edificio de una planta baja  que en si misma es una alberca rectangular de 5 x 10  metros. Sobre la mitad de la superficie de la misma se construye una estancia diáfana en forma de L que deja al descubierto parte de la piscina. Hacia esta parte descubierta, esta planta se abría  mediante  cinco arcos de ladrillo visto, en la actualidad cegados, pero que se pueden apreciar desde el interior de la misma. Éstos a su vez  se apoyan sobre otros que los sostienen y que se cimenta en al suelo de la piscina. Queda de ésta forma toda la alberca comunicada por la ojos de los arcos inferiores.
Arco y escalera de bajada.
   El suelo de la alberca está cubierto por losetas mazaríes y unas escaleras, situada en una  de las esquinas de la piscina, nos facilita el acceso a la misma. 
     La parte del fondo, en la que aparece una ventana, ha sido enfoscada recientemente. Es probable que en su lugar hubiese  un  quinto arco cegado    perpendicular a la fachada sur.
Uno de los arco que comunica con  la parte cubierta de la alberca
      El tránsito entre la parte cubierta de la alberca y la exterior se realizaría a través de cinco arcos de medio punto. Asimismo también se podía transitar por los alrededores de la misma. La parte Sur y Oeste del edificio quedaba cerrada al campo mediante  unas altas y gruesas muralla de piedra que debieron de  formar parte del cercado o muralla defensiva de la villa fortaleza de Sedella.

Estancia interior con cuatro arcos que se
abren a la alberca.
     Del edificio original sólo quedan los arcos y paredes. Suelos y entresuelos fueron pasto  de las llamas que prendieron la desesperación e impotencia de los moriscos al saber de la sentencia real de ostracismo y  destierro.          Posteriormente, la nueva población, venida     fundamentalmente de Archidona,  lo reconstruyó como vivienda, añadiéndole una planta a lo existente.  
     Lo que fue la estancia en donde se tomaba el té, se jugaba al ajedrez y conversaban los moriscos, posteriormente se usó de pajar y cuadra. A tal fin los arcos fueron cegados. Otra razón por la que pudieron ser cegados está relacionada con la vivienda que parece ser se construyó con posterioridad, una vez que el inmueble se le otorgó como vivienda a reparar a alguno de los cristianos viejos que vienen a repoblar la villa en el año 1570.

 
      Los baños son actualmente propiedad privada y nunca han tenido el referente histórico que recientemente le venimos dando.
Basta mirarlo para apreciar la necesidad que tienen de una restauración a su estado original. Todo el edificio se encuentra en ruina a la espera de que los organismos públicos actúen para que este monumento islámico con más de seis siglos de antigüedad, sea conservado  como testimonio del pasado árabe de la Villa de Sedella.  



                                                                                                            Manuel castro




miércoles, 18 de diciembre de 2013

El exido o ejido

Los ejidos, que actualmente aún existen en pueblos y ciudades, fueron hasta tiempos recientes lugares de encuentro de pastores y descansadero de ganados trashumantes. En los tiempos modernos  con la estabulación  del ganado, la trashumancia decae y como consecuencia los ejidos pierden su función y desaparecen. Posteriormente al construirlos,  se transforman en un barrio más  a las afueras de las  ciudadades.
 Al ejido de Sedella llegaban dos vías pecuarias, también llamadas cañadas de las cabras. Una de ellas venía de Canillas de Aceituno y la otra, de las sierra Tejeda procedente de Alhama. Ambas tenían su lugar de encuentro en el "exido" o ejido. El ancho de estas cañadas era de una soga toledana. Esta medida de longitud utilizada durante la Edad Moderna equivale a ocho metros lineales. Por ellas se trasladaban los rebaños de unos lugares a otros.
Los ganados que a través de estas cañadas llegaban a Sedella tenían un espacio en donde descansar y pacer, éste era el ejido. Se encontraba éste  situado al sur del la villa, hacía Vélez,  era de propiedad comunal y llegó a tener, según se desprende de la lectura del catastro que de Sedella hace el Marqués de la Ensenada en el año de 1752, una extensión de más de cuarenta  obradas de ara de menchones y secanos. 
Cuando se encontraba en funcionamiento la tenería de Sedella, la llegada de animales especialmente cabras al ejido,  eran frecuentes. Mientras descansaban de su largo viaje y pacían, sus dueños  ajustaban el precio de sus pieles que sería la materia prima de aquellas tenerías. Si el trato no llegaba a feliz término, los rebaños podían seguir pastando en la Sierra Tejeda en donde había ochocientas fanegas de tierras comunales a su disposición.
Las vías pecuaria que desde el ejido partían hacia la sierra y hacia Canillas de Aceituno,en las proximidades del pueblo, discurrían por las afueras de la Villa y ésta se comunicaba con su ejido mediante puertas que se cerraban en momentos de epidemias, pandemias o ante cualquier otro peligro. Como  manifiestan los documentos de la época, el pueblo en si mismo era una fortaleza  en la que, se integraba el castillo y cuando éste ya muy arruinado y abandonado por su alcaide, Melchor Pérez , pierde su valor defensivo durante el s.XVI, será la iglesia junto al cementerio anexo, el nuevo fuerte de Sedella. Es muy probable que al  final del estrecho callejón que conduce de la Plaza al Ejido por la derecha, hubiese un postigo de entrada a la Villa desde el Ejido. De la misma manera, otra puerta, se abría en Ermita hacia los caminos que desde aquí partían hacia Vélez, Salares y Rubite, según consta en los los libros de Apeo de la Villa. En este tiempo de 1572 aún no se había edificado la ermita y en su lugar había una era. En el Cercado, un tapial o cerca cerraba el espacio habitado al campo. Por estas puertas y por la puerta del Mesón que se abre al camino de Canillas de Aceituno, la villa-fortaleza se comunicaba con el exterior y así, campesinos que regresan de sus campos al atardecer, arrieros, traficantes, ganaderos, vagabundos...entrarían a la ciudad una vez pasando  el fielato, si encontraban su puertas abiertas.
   Todas las ciudades y villas islámicas tenían en las cercanías a la puerta de entrada el baño público. Era éste un lugar no sólo destinado a la higiene personal sino también un espacio de ocio, mercadeo y alterne. Para un musulmán es preceptivo asearse antes de orar en la mezquita y por esta razón, baños públicos y mezquita se encontraban próximos. Rastreando en Sedella estos equipamientos de las ciudades y Villas árabes, encontramos en el Cercado un  modesto edificio que reune todas las características de ser uno de estos baños. 
     Consta este edificio de una planta baja  que en si misma es una alberca rectangular de 5 x 10  metros. Sobre la mitad de la superficie de la misma se construye una planta diáfana en forma de L que deja al descubierto parte de la piscina. Hacia esta parte descubierta, esta habitación superior se abre  mediante  cinco arcos de medio punto en ladrillo visto que a su vez,  se apoyan sobre otros que los sostienen y que se cimientan en al suelo de la piscina. Queda de ésta forma toda la alberca comunicada por la ojos de los arcos inferiores. El suelo de la alberca está cubierto por losetas mazaríes y unas escaleras situada en una  de las esquinas de la piscina, nos facilita el acceso a la misma. Es todo el conjunto un bonito espacio en donde tomar un té o jugar una partida de ajedrez si no fuese porque actualmente se encuentra en ruina y a la espera de restauración.
En cuanto a la mezquita, ésta probablemente estaba situada en el Arroyo. Cuando llagan los cristianos la transforman en iglesia, como era preceptivo en los nuevas villas conquistadas. Por poco tiempos sería la iglesia vieja en tanto que, se va construyendo una nueva, en la Plaza. Junto a la mezquita o iglesia vieja se encuentran las casas señoriales de la Villa. Todas ellas tienen sus huertos anexo y su caballerizas en los bajos. Una de estas casas es la del beneficiado o cura Diego de Baéna, uno de los tres curas que tenía Sedella en el año de 1572. La iglesia vieja o antigua mezquita, cuando deja de tener función religiosa, se transforma en una de estas grandes casas que se asientan en torno al Arroyo.
                                                             
 Manuel Castro y Gálvez